Después de unas Navidades bastantes excasas de actividad reseñable (una divertida foqueada y una triste bajada y una escalada aún más triste en Morata) decidimos coger los bártulos y marcharnos solicos al sol de Ager.
Muchos propositos para lo flojetes que estabamos.
El día uno de Ager nuestro gran propósito es la Redrum…entre que llegamos a una hora dominguera, una aproximación en la que sudamos los excesos de las fiestas, el embarque en la vía de al lado y que nuestras pequeñas cabezas pensantes no estaban para muchos lios, decidimos bajarnos a descansar, hablar, pensar, relajarnos y disfrutar de los grandes momentos que nos da la montaña…
El día dos de Ager, después de 14 horas de sueño, nos lanzamos de nuevo a la Redrum. Lo hemos hablado, estamos concienciados y podemos hacerlo. Un desayuno rico al solete, y un «cagarris» para subir a la pared sólamente con miedo pero ya no cagados de miedo, no hay excusa…
La aproximación a ritmo tranquilo nos cuesta 20 minutos. La vía para unos Rasmias desentrenados 5 horas…No importa; lo hemos pasado genial, nos hemos reido, caido, practicado la «zariguella» y nos hemos dado cuenta que hemos disfrutado de estas 5 horas como si fueran 5 minutos… pero intensos!
Estamos de nuevo en activo! Al ataqueeee torpedos!