El miercoles nos levantamos tarde por el cansancio, pero con el resquemor de que el mal tiempo nos había impedido disfrutar de la cresta de en medio. El día no estaba para tirar cohetes, así que le propongo a Vane hacer alguna cosa rápida y entretenida.
Salimos a las 12:00!! con intención de dar un paseo hasta el portillón de Benasque, y subimos hasta allí a paso tranquilo y sin mochilas, menudo gustazo.
Las vistas de las crestas en las que estabamos el día anterior y en las que podíamos estar peleando en esos mismos momentos nos motivan y reconfortan, y nos consuela observar que las nubes cubren habitualmente las cumbres y que desde luego no son las mejores condiciones para estar allí.
Cuando lllegamos al portillón estamos muy frescos, así que dcidimos continuar hasta el Salvaguardia para completar una jornada magnifica en la que somos capaces de enfrentarnos a nuestros miedos, y superarlos!
El contrapunto, las nubes cubrían la cima, así que no pudimos disfrutar de las magnificas vistas que debe tener esta cima.