Uno de estos días perdidos de navidad me ha permitido disfrutar de una actividad especial. No por la dificultad que entrañaba o por la diversión de realizarla, si por el hecho de poder compartirla con mi hermano mayor, al que tanto quiero. El vive en Madrid y las veces que está por Zaragoza es complicado sacar tiempo para salir a hacer deporte, pero estos días hemos estado mas granquilos y las cosas han cuadrado.
Aprovechamos una excelente mañana de estas que nos está dejando el anticiclón para acercarnos hasta la plana de nuevo, y realizar una subida express que nos puso totalmente a tono. Esta vez no cronometré, pero el Agüelo II (mi hermano Car tiene 48, vamos de la generación del Agüelo I) está mas fuerte de lo que parece y me hizo subir a un ritmo infernal. Suerte que no conocía la subida y le falto fuelle al final (quería terminar con plato mediano, jjj) así que en las últimas curvas le di candela y pude superarle y llegar arriba primero 😉 . Si no hubiera quedado muy mal!!! … aunque miedo me da la próxima vez!!
Luego fuimos a tomar un vermuth juntos y por la tarde vino con Aitor al panel para ver nuestro cuarto del dolor. Estuvieron escalando un poco y comprobando la dureza real de nuestro verdadera afición.
Sin duda pase una jornada especial compartiendo con quien tanto quiero las cosas que tanto me gustan. Espero que se pueda repetir pronto.