Después de la carrera, vinieron un par de fines de semana de transición a las vacaciones.
Primero le tocó el turno a la ya tradicional fiesta «Golliznera». Arturo y Raquel, junto con su familia nos vuelven a acoger estupendamente como siempre. Esta vez el vino, para evitar las consecuencias del año anterior, se mezcló con sprite y nos permitió al día siguiente disfrutar de la comida. Vino, verdura de la huerta, carne y mas carne, baño en el rio, zarzas y noche bajo las estrellas nos engancha para el año siguiente y nos vuelve «gollizno-adictos». Muchas gracias por recibirnos tan bien en vuestra familia!
El segundo turno le toca a Benasque. Teníamos pendiente con Pinos y Marta un fin de semana por Benasque con excursión incluida. Esta vez Edu no se pudo apuntar, pero a la siguiente seguro que se animan. Como la meteo no tiene muy buena pinta para el fin de semana, decidimos hacer una excursión mas sencilla, que al final se convirtió en una zapatillada de 8 horas, a la que también se apuntó Beto. En principio, ibamos a hacer la subida al Pico de Chía, pero al final nos animamos a dar una vuelta completa a la sierra de Chía. Subida aunque larga, muy cómoda y bajada muy chula por la cresta, no apta para todos los públicos.