El domingo aunque nos levantamos un poco doloridos, después del sábado moratero, pusimos rumbo a Riglos junto con Alvaro. Allí quedamos con Alex y Quique que venían de Tramacastilla. La idea no estaba muy clara: que si la Normal al Puro, la Pany Haus, J.A. Sanz…, pero si que había ganas de escalar (a ser posible con sol). Descartamos el Puro por el viento, la J.A Sanz por la fila que había que esperar, asi que nos vamos a la Pany que da a ratos el sol.
Empieza la primera cordada encabezada por Alex y Quique. Tras llegar éstos a la reunión, sube Álvaro al que amablemente le hemos cedido ir abriendo largos.
Acostumbrarse a la escalada en Riglos es dificil, no tiene nada que ver con otras escuelas. Las panzas me matan, me cuesta subirlas y decido lanzarme al mundo del A0 y de la pedaleta. Parece que así voy progresando.
Tras superar con mas pena que gloria las panza y deplomados, llegan las chimeneas que las difrutamos. Ya tenía ganas de no sufrir…
Llegamos al collado y Alex y Quique se retiran. Empieza a hacer frio y no quieren que se haga de noche. Alvaro nos/ME convence para subir al Pisón (Jorge estaba mas que convencido, y yo, donde va él allá que voy…que le voy a hacer). Son tres largos que empalmaremos en dos las últimas reuniones y disfrutaremos de unas vistas impresionantes. Luego, en vez de bajar por los volados, iremos por el otro lado, que es mas rápido. Que razón tenía.
La bajada aunque con frio la hacemos rápido y solo el último largo lo hacemos en oscuridad. Menos mal que Jorge llevaba un frontal..
Aunque cansados, aún nos da tiempo de ir al bar a rememorar la «pequeña hazaña».