Con el buen sabor de boca que nos dejo el fin de semana pasado, decidimos seguir progresando en otras facetas y buscar el sol, como las lagartijas, en las paredes del Mont Roig. Nos guiamos por el libro “Las 100 mejores de Cataluña“, un cinco estrellas que compramos hace un par de meses y sobre el que no habíamos vertido el cava todavía. Desde luego lo bautizamos con buen tino.
El sábado por la mañana recogemos a Txema “No vivac“ y sus zarrios y enfilamos la AP2 siguiendo las lineas blancas de la carretera, ya que con la niebla instalada en el valle del Ebro es imposible ver nada mas. Con poco entusiasmo ante las perpectivas pero charla agradable pasamos Balaguer, Gerb y subimos para Villanova de la Sal y a mitad de puerto nuestras sonrisas se iluminan al calor de lorenzo, y el termometro del coche, que no había pasado de 2º se dispara hasta los 17. Esto promete.
Decidimos hacer el Diedro Blanqueta. Clásica en grado de confort (V), semiequipada y 115m. La tiramos a largos entre Chema y yo, pues Vane no se decide todavía con la autoprotección. Tendremos que poner algo de psicología en el entrenamiento.
La vía es muy entretenida y asequible. Por poner un pero a la reseña, diría que el último largo es algo mas duro de V grado, es un diedro en el que se progresa gracias a una fisura que se va abriendo cada vez mas y que te hace tener una buena flexibilidad para poderlo pasar. Duele al estirarse y no tiene manos si no sabes empotrar muy bien.
Lo mas impresionante fue hacer todo el recorrido sobre un mar de nubes instalada en el valle del que emergían las puntas mas altas como pequeños islotes en flotación.
Actividad del todo recomendable para los que andan en nuestro grado, y lugar muy recomendable para todo el mundo con muchos itinerarios y una perfecta orientación sur tan necesaria en estas fechas. En verano puede ser el infierno!
