El domingo nos levantamos no demasiado pronto por lo sonidos que generan nuestras pequeñas sobrinas. Ya habíamos acordado que subiríamos a hacer una excursión por los mallos de Riglos, fiandonos de la predicción de lameteoqueviene, y con el chubasquero en la mochila por si acaso.
Llegamos sobre las 11:00 y la con algún chispeo por la carretera, pero cuando nos bajamos del coche la sensación térmica es buena, y a mi ya se me empieza a dibujar una sonrisa en la cara, por lo que decido coger las cuerdas y el equipo. Si no podemos escalar, por lo menos haremos la excursión con peso para entrenar. Nos dirijimos a lo alto del pueblo y salimos por la pista que lleva a los mallos pequeños, siguiendo las marcas rojas y blancas del gr1 y postes indicativos. Posteriormente se siguen unas marcas azules pintadas sobre las piedras.
El equipo en esta ocasión es de lo mas variopinto, Ana(8), Alba(8), Ale(5), Belen, Chevís, vane y yo, pero con el entusiasmo y vitalidad de las peques la excursión se hace de lo mas entretenida. Cuando llevamos 50 min. encontramos un mojón en el camino que marca la entrada al mallo colorado, aqui decidimos separarnos y nosotros nos aventuramos hacia nuestra primera escalada seria en Riglos.
Buscamos el pie de vía esperando encontrar alguna marca de entrada como en Morata, pero aqui es todo mas salvaje y aventurero. Por la orientación de nuestra reseña, y con alguna duda en el primer largo decidimos iniciar la ruta normal de ascensión a este mallo, “Anorexia“, sin estar del todo seguros de que vamos por buen camino.
Tiro yo primero un largo de unos 40m. en los que solo se complica en una panza pasada la segunda chapa. Las sensaciones son buenas, la roca tiene una adherencia buenisima, y es un placer encontrar resaltes para los pies por todos los sitios que te ayudan a progresar facilmente. Me siento fuerte y respiro aliviado al llegar a la reunión y darme cuenta que solo me quedaba una cinta en el porta. Monto todo el tinglado y le pego el grito a Vane para que suba. Cuando llega hasta mi nos damos un beso y ella tira para arriba.
El segundo largo será de unos 30m. con las misma dificutad que el anterior. Tiene un resalte que se supera facil por su izquierda, pero conforme avanzamos para arriba nuestra confianza aumenta y cada vez la escalada se hace mas entretenida. Cuando me toca el turno subo como un torpedo porque he notado que chispeaba algo cuando estaba en la reunión. Esperemos que se aguante hasta que terminemos. La sonrisa de Vane es brutal cuando me encuentro con ella en reunión. Me la encuentro pegadita a las argollas con su daisy, cuando en la repisa en la que se encuentra se puede bailar un tango y nos echamos unas risas a su costa.
Sin parar apenas tiro rápido para arriba el último largo. Facil con un repisa intermedia muy grande. La cuerda de 60 m. llega muy justa hasta arriba. Vane me llama, ¡pero por el móvil!, para avisarme cuando ya estoy montando la reunión…
Arriba hace un frio de narices por que entra viento y lluvia por detras del mallo, así que el rapel que hacemos desde una argolla que hay en una sabina nos deja helados. Despues nos ponemos las botas y salimos zumbados para el coche ya mojandonos pero con una ilusión tremenda por haber completado nuestra primera vía en Riglos!!. Ya tenemos ganas de volver y repetir… esto en verano va a ser una gozada.