Habíamos propuesto una convocatoria masiva para ascender el Moncayo; la verdad es que no tuvo nada de éxito, así que decidimos algo con un poco mas de miga, el Garmo Negro.
En esta ocasión éramos cinco: Pinos, Azu, Edu, Jorge y Vane. Jorge dijo de quedar a las cinco de la mañana, pero al final fueron las seis, ya que a unos no les apetecía madrugar mucho, otro habia quedado de cena romántica..
A las 8 de la mañana salíamos del balneario de Panticosa, la nieve estaba muy bien, el cielo totalmente despejado y muchas ganas en el grupo.
En cinco horas, hicimos cima (podía haber sido en menos, pero cuando el calor aprieta hay que parar mas veces)
Recuerdo tres subidas potentes, pero sobre todo la última, parecía que no llegabamos nunca. Ya en cima foticos de rigor, a nosotros, al paisaje, a los que habia allí arriba. Franceses, vascos, navarros, catalanes y aragoneses unidos por el Pirineo…brindando con la bota de vino…y el orujo! oooh que bonito!
Decidimos emprender la bajada y comer en el collado que estaremos mas resguardados del viento.
La bajada la hacemos tranquila, nos cuesta unas cuatro horas! Ya sólamente pensamos en lo que nos tomaremos en el refugio de piedra: primero una coca-cola con mucho hielo y limón de trago y luego una jarra bien grande de cerveza. Se me ocurre pensar en voz alta que pasaría sino tuvieran coca-cola, sino pepsi; me caigo al suelo solo de pensar en ello!
Mala suerte cuando estamos en el coche cambiandonos, Jorge me grita: Vaneeee!!!! Solo hay Pepsi!!! aggghhhh…
Tendré que esperara a llegar a Zaragoza a poder tomarme una coca-cola con muuucho hielo!